Seguidores

sábado, 2 de abril de 2016

Feliz divisección

El laboratorio del doctor Melengelenge ha despertado con los habituales gritos de sufrimiento agonizante y desgarrador. El ruidoso, oxidado y sangriento instrumental del mencionado doctor bizarro ha vuelto a ponerse en marcha. Aunque, en realidad, eso no es del todo cierto, ya que el maníaco cabrón no para nunca. Aquí nadie descansa. Los únicos a los que se les permite dormir son los que pierden el conocimiento en la precaria mesa de tortura. Y los que mueren, claro. Los demás sufren los efectos de una perpetua gaupasa toxicómana que los sume en un estado de coma cerebral consciente. Y aunque su cerebro está pero no está, eso no les libra de sufrir los insoportables dolores propios de las divisecciones y mutilaciones. 

El espectro de extrañas criaturas que albergan los calabozos de esta Estación de Investigación de Especies Espaciales Inferiores es realmente amplio y diverso. Hay desde yonkis neputnianos en cuarentena por su sida espacial, hasta depravados perturbados de Urano, que no son otra cosa que seres diminutos formados únicamente por sucios anos. También hay seres de gas fecal encontradas en las marismas de Ortokrathon, que son mucho más temibles que las gonorreas con patas y sin cerebro a los que se les llama seres humanos, que no paran de gritar y suplicar, como si alguien pudiera o quisiera entenderlos. 

El doctor está demasiado absorto en hacer el mal en nombre de la ciencia como para fijarse en las celdas. Sus miles de orbes oculares están inspeccionando cada milímetro corpóreo de su próxima victima (una criatura gelatinosamente obscena arrancada de su vertedero natal muy lejos de aquí) mientras sus muchos tentáculos palpan, mueven, despellejan o cortan cualquier cosa que encuentran a su paso. Los distintos miembros cortados, o la mierda que sea eso, son meticulosamente almacenados en tarros de protoplasma indestructibles que serán analizados en el futuro. Parte de la sangre también se guarda (siempre que el espécimen la posea en su organismo), pero la inmensa mayoría se queda desparramada encima de la mesa o eyaculada por los suelos, creando ecosistemas extramundanos mutantes llenos de fúngidos y ladilláceos. Es un sitio horrible, o el paraíso, según por donde se mire.

Las horas muertas se llenan de cuerpos muertos y el terror que se inhala es cada vez peor. Hay monstruos intentando escapar desesperadamente golpeando las puertas de sus celdas, sabiendo que es un suicidio, pues los barrotes están equipados con cuchillas, machetes y jeringuillas. Pero lo siguen haciendo con tal de escapar cuanto antes de allí, a pesar de que para ello tengan que dejar morir a su cuerpo y dejar ascender a su alma. La cosa es acabar con la agonía y no darle al sádico matasanos el placer de torturarle. Lo que no saben es que a él se la suda, ya que tiene el almacén lleno de engendros absurdos de todas las galaxias que difícilmente podría analizar en una sola vida. Así que si alguna alma caritativa quiere ahorarrle un poco de trabajo de buena voluntad pues bienvenido sea. El curre de reponedor de calabozo es tan árduo como soltar un zurullo corrosivo que se coma toda la carroña y tirar los componentes óseos a la fosa común. En cinco minutos la celda limpia y con un nuevo condenado dentro. Y vuelta a empezar...

No hay escapatoria, no hay solución, no hay un acontecimiento inexplicable que derive en un final feliz. Todos mueren. No hay más. El único feliz será el tarado de Melengelenge, pero él también caerá. Tendrá una muerte agradable comparada con la de estos malnacidos, pero acabará en un sucio agujero, como todos los sucios despojos que tienen la mala suerte de nacer. ¿Te suena de algo?



Relato para el concurso "El Marciano" de El Círculo de Escritores

18 comentarios:

  1. muy fuerte e hechos y palabras, Una historia atroz. Suerte en el concurso. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias!! Un placer tenerte por aquí. Un saludo!!

      Eliminar
  2. ¡Brutal! Me ha encantada, en algunos momentos me ha recordado a la maravillosa y tarada escritura del maestros William Burroughs. Sin embargo, me gustaría que hubiese una narración de algún hecho y no haber sido solo una maravillosa descripción de un lugar inhumano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias!! No sé quién es Burroughs pero me informaré, si es tan tarada seguro que me gusta.

      Cierto, no pasa gran cosa (en mis cuentos no suele), me ciega la sangre y me quedo siempre en detalles turbios. Es lo que me sale.

      Muchas gracias por tu comentario!

      Eliminar
  3. Después de vomitar dos veces, saturado de sangre y bilis hasta Año Nuevo, te doy la enhorabuena por tu brutal relato. Un saludo y mucha suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jaja muchas gracias!! Soy un poco asqueroso, lo admito... me alegro de que te guste. Gracias por pasarte por mi cueva!! Un saludo.

      Eliminar
  4. Tu lenguaje es agresivo y refrescante. Sacude y perturba que es de lo que se trata con este relato. Si te recomendaría que el narrador, aunque cuente de manera desagradable, que sea algo más objetivo, pues sus acotaciones personales ("o la mierda que sea eso") nos alejan un poco del cuento en sí. Aún así, es un ejercicio muy interesante, por diferente y por bizarro. Y es un soplo de aire fresco leer algo de tono tan distinto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, es todo un honor ;) Me alegro de que mi estilo aberrante te parezca interesante y no vomitivo. Gracias por el consejo y por comentar!! Un saludo!

      Eliminar
    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    3. Me encanta tu estilo, las imágenes son perturbadoras y geniales al mismo tiempo. En cuanto al consejo de Alejandro, me atrevo a plantear una alternativa: en lugar de que el narrador sea más objetivo, ¿qué pasaría si fuera un testigo? Un personaje que odie al doctor, como para que se justifiquen las acotaciones, pero que forme parte del relato, de alguna manera, como por ejemplo, un ayudante o un encargado de limpieza (no sé por qué pensé en los que limpian las celdas). Así, sólo haría falta agregar alguna que otra indicación en primera persona y nada más.
      De nuevo, un relato excelente. Saludos!

      Eliminar
    4. Muchas gracias! Pues sí, podría haberlo hecho, ahora que lo pienso habría sido mejor hacerlo desde el punto de vista de un preso moribundo, pero bueno, ya es tarde así que... Muchas gracias otra vez. Un saludo!

      Eliminar
  5. Un poco gore, ¿no? Je. Buena descripción de esa celda.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un poquito, pero podría serlo más. Siempre jeje Muchas gracias comentar! Un abrazo!!

      Eliminar
  6. Es asqueroso, aberrante, vomitivo, espeluznante, macabro, desagradable... Vamos, ¡qué me encanta!

    Por fin alguien que habla sin pelos en la lengua.

    ¿O en este caso sería "que escribe sin pelos en los dedos"? Ni idea. Pero me ha encantado.

    Suerte con el concurso.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja me alegro! Son palabras que podrían poner en mi lápida perfectamente ;)
      Pues no sé podría ser, al fin y al cabo es lo que cada uno quiere que sea, como si es "que escribe sin pelos en el ano"

      Muchas gracias por tu comentario! Un saludo!!

      Eliminar
  7. Como siempre eres el puto amo de la escritura!! Me quedo absorta leyéndote. Suerte con el concurso.

    ResponderEliminar
  8. Como siempre eres el puto amo de la escritura!! Me quedo absorta leyéndote. Suerte con el concurso.

    ResponderEliminar
  9. Un relato espeluznante y qué quieres que te diga, fresco y macerable, te masajea el cerebro agradablemente solo con escuchar esas expresiones geniales y acordes a un contexto que incluso catalogaría de surrealista, aunque lo hagas parecer muy real. Estoy encantada, no sabes lo a gusto que te he leído. Tus palabras, acepciones y frases no pasan por el colador de la censura, algo que agradece el subconsciente. Son directas. Te felicito.
    Un abrazo

    ResponderEliminar